Entradas

Mostrando entradas de junio, 2020

No existe título.

Si este fuese un texto diplomático, debería agregar una nota para asegurar que es ficción y blablablá. Sucede que, justo en esta ocasión, cualquier parecido con la realidad es totalmente buscado. Más allá de eso, quizás sea mi forma de explicar por qué me resulta tan difícil decir "feliz día del orgullo"... Cuando tenía trece años, me enamoré de una mujer. Cuando tenía trece años, me enamoré de una mujer y supuse que nunca me iba a dar bola. Cuando tenía catorce años me volví a enamorar de la misma mujer, porque creo que el amor es eso, volverse a enamorar todos los días. Cuando tenía quince, esa mujer me dijo que estaba enamorada de mí, y a mí me pareció algo imposible. Cuando tenía quince años, la mujer de la que me enamoré y yo decidimos intentar compartir otras cosas además de sonrisas. Cuando tenía quince, esa mujer, que para mí era la más bella, y yo, le ocultamos a algunas personas lo que habíamos decidido compartir, y en ese entonces pensé que al escrib

"Todos buenos"

Sé que siempre escribo textos muy, muy largos, en general para expresar mi opinión, de forma demasiado apasionada, sobre algo. Pero siento que este, de entre todos, es crucial; a tal punto que casi les suplico que se tomen un momento para leerlo, sobre todo si son mujeres. Y que después, si lo que les planteo las convence, compartan la idea general con sus amigas, hijas, hermanas... porque esto es para cuidarnos y cuidar a otras. Es exponer lo invisible dentro de lo invisible. Es un hecho que la gente tiende a idealizar e infantilizar a las personas con discapacidad visual. "Ah, es que ustedes son tan buenos", dicen; "admiro a la gente como ustedes", agregan; "tienen una sensibilidad especial", etcétera, etcétera. Más allá  del montón de críticas que pueden hacerse a este tipo de actitudes, hoy guía mis dedos algo que me preocupa un poco más, sobre todo por las consecuencias que pueda tener. De acuerdo con esta visión infantilizante, una persona ciega no t