Disculpame
Disculpame… Bien, ¿por dónde empezar? Estoy perdida, perdida de verdad. Quizá sea porque mi comienzo fuiste vos. Porque vos me ayudaste a levantarme, porque vos me ayudaste a seguir. Quizá es porque me encontré cuando te encontré a vos, porque me di cuenta de quién era en realidad cuando apareciste en mi vida. Quizá esté perdida porque vos sos el principio de esta carta. El principio y el final, porque vos lo sos todo. Sí, todavía lo sos todo. Aunque no estés más acá, aunque me quieran alejar de vos presentándome a un montón de tipos que no conocen nada de mí, nada de mi familia más que su incontable fortuna. Tipos que no saben nada de sí mismos, nada de la vida. No como vos. Vos sí que lo tenías todo claro. Siempre te lo dije. Sí, sé lo que me vas a contestar, nadie lo sabe todo. Pero entendés a lo que me refiero, ¿verdad? Sí, claro que sí; vos siempre me entendiste, siempre supiste qué decir. Siempre tuviste las palabras justas, el susurro perfecto, ese abrazo consolador. S