Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2018

Suposiciones

Advertencia: publicación no apta para personas conservadoras o amantes de las etiquetas. Bueno, no damas ni caballeros (las personas sobre las que pensaría así se supone quedaron descartadas con la  advertencia de más arriba), primero decirles que no se sientan ofendidos. A mi forma de ver las cosas, llamarlos así es hacerles un halago. Segundo, contarles para qué me dirijo a tan estimados lectores. Sucede que se me ha planteado una crisis existencial. Sí, de esas que tenemos las adolescentes locas de vez en cuando y de las que sólo ustedes son capaces de leer. Comencemos esto con suposiciones. Supongamos que dos personas (un chico y una chica) tienen calor. Debido a esta desagradable sensación, ambos deciden, de una forma muy alocada, ingresar a una fiesta a la que tienen que asistir (inserten cualquier evento  festivo: navidad, una parrillada en familia, el cumpleaños de una tía lejana a la que nunca ven, una reunión de egresados, el día de la milanesa, en fin, lo que quieran) con el

Contarte

Una profesora nos pidió a los 10 que somos en clase que  buscáramos la definición de arte. No la nuestra, si no la que dieron  algunos filósofos, escritores, actores, etcétera... en fin, personas mundialmente conocidas. Por ahí algún que otro historiador... Y lo cierto es que me molestó. No porque no sea interesante escuchar la opinión de los otros, si no por la opinión de quiénes tenemos que escuchar. Espera alguna frase de Picaso o de algún autor de libros de historia con nombres impronunciables, y seguro sea esa definición la que nos pida en los escritos. No es que tenga nada en contra de nuestro querido Pablo, pero la verdad es que a mí, al menos en estos momentos, me interesa mucho más saber qué es el arte para ustedes, esa gente que se levanta a las seis de la mañana para ir a estudiar o trabajar, esos que se pasan cuarenta minutos en el bondi, esos que cuentan monedas a fin de mes, esos que no hablan mucho con los demás porque les agarra la timidez, de los que comen arroz con

El ciervo

Permanece ahí, parado sobre sus cuatro patas, y ni siquiera parece notar mi presencia. ¿Será cierto que no me huele, que no me escucha? ¿O prefiere resignarse a que estoy frente a él? A veces me pregunto si no es un juego con mis emociones o con las suyas, si elije hacer como si no estuviera para no aceptar lo que le espera. Quizás opine que es lo correcto, que es su destino, que las cosas tienen que ser de ese modo. Tal vez confíe en que podrá engañarme, en que será lo suficientemente rápido, en que mi flecha no lo alcanzará. Si es así, está perdido. Y si es sólo inocencia... casi me da pena tener que matarlo. Pero sé que si no es él soy yo, que si no le disparo acabará conmigo. La comida es muy escasa, y en este lugar no hay espacio para los titubeos. Supongo que se preguntarán si no me invade la tristeza al acabar y hasta se atrevan a contestar por mí, sin tomarse la molestia de escucharme. Dirán que no siento nada, que soy un insensible, que lo hago de forma mecánica y al