Suposiciones
Advertencia: publicación no apta para personas conservadoras o amantes de las etiquetas. Bueno, no damas ni caballeros (las personas sobre las que pensaría así se supone quedaron descartadas con la advertencia de más arriba), primero decirles que no se sientan ofendidos. A mi forma de ver las cosas, llamarlos así es hacerles un halago. Segundo, contarles para qué me dirijo a tan estimados lectores. Sucede que se me ha planteado una crisis existencial. Sí, de esas que tenemos las adolescentes locas de vez en cuando y de las que sólo ustedes son capaces de leer. Comencemos esto con suposiciones. Supongamos que dos personas (un chico y una chica) tienen calor. Debido a esta desagradable sensación, ambos deciden, de una forma muy alocada, ingresar a una fiesta a la que tienen que asistir (inserten cualquier evento festivo: navidad, una parrillada en familia, el cumpleaños de una tía lejana a la que nunca ven, una reunión de egresados, el día de la milanesa, en fin, lo que quieran) con el